domingo, 20 de octubre de 2019

Cómo viajar con pequeñas alas.

¿Cómo viajar con alas pequeñas?
La transparecencia
refulgente brillará entre eclipses y llegará a su ventana.

Podemos ser el viaje y el vehículo. Sí, de esta manera es posible navegar por los sueños, por los estados anímicos difíciles de asimilar, por los caminos asfaltados y los ruinosos, saltar para llegar sin correr.
Todo es posible cuando se comprende que somos el viaje y el vehículo.

Una pequeña brújula y un traje siempre holgado es la base de todo buen camino.Las sandalias también deben ser blandas y una mascada en la cabeza para los vientos fuertes, para detener alientos. 

Las alitas aunque pequeñas para viajes breves, tienen sus dos direcciones claras y plumaje resistente.Cuando no se sabe bien a dónde se va, por cansancio, hartazgo o extravío genuino, es necesario detenerse, una pausa breve para no errar la próxima vuelta del  destino. Luego sencillamente seguir, solo seguir.Los vientos, las lloviznas, las envidias y los espíritus errabundos, pasarán d e largo, porque nosotros seguimos adelante, la luz ambarina de nuestra esencia se deslizará y no nos detendrán ni la densidad, ni los falsos caminos.Las rémoras de cualquier cosa se escaparán, huirán de pronto ante esta luz penetrante.


domingo, 8 de septiembre de 2019

Ventanas verdes de 1903.

Las ventanas son la mirada de la luz

Todo había sido esa diáfana luz.

Una ventana nos deja asomarnos a donde sea  que necesite voltear el corazón. 

Las ventanas pueden abrirnos espacios para entrar fácilmente en un intersticio, desde donde mirar. 

Espacios claros a través de las ventanas impresionistas, nos dan paisajes donde habitar -momentáneamente-.

Las ventanas recorren el tiempo y acompañan a quien se asoma. 

Las ventanas nunca nos dejan solos. 

Ellas saben cuando abrirse y cerrarse. 

Siempre serán el centro de las miradas.

(escribo este texto cerca de una ventana discreta, de departamento efímero, pequeño tan pequeño, la ciudad tiene solamente sus ventanas para dejarnos mirar/ Liverpool/ col Juárez cdmx)


Vecindad en verde
-1903-2020-

Y después llegaste tú, con tu marco acabados en circulos, y vidrios verdes.
El riesgo de asomarse y ver nuestro primer rostro era inminente, necesario y latente.

Si te asomas, te verás, cantaban esas voces desde las puertas que se abrían y cerraband desde hacía ya dos siglos, desde 1903 exactamente, abrían yc erraban como sus ventanas y ventanales en verdes y vidrios.

Quien podría adivinar todo lo que pude percibir con tan solo un instante de esa luz, de asomarme a ese tiempo que irremediablemente nos abrazó, nos besó son envolvió, nos retorció, nos reeencoentró, escondió, voló, atravesó, estrujo, ambientó, resucitó, desenvolvió y miró. Con esos ojos ventana donde aparecíamos del otro lado del espejo. sin más que decir, solo caer hechizados de encanto en verde.

Hasta que el resplandor de vernos cara a cara, mostró nuestros rostros antiguos, poéticamente nos miramos hasta que nos doliera la luz, preferíamos mirarnos hasta el amanecer que olvidarnos para siempre.

Nada podía impedir la mirada. Cada día era más luz. Cada día desvanecía el horror de tanta distancia entre siglos, cada luna nueva emergías en el marco de la ventana verde cristal para decirme todo lo que tus manos han cargado para mi. Y asi se fue la lluvia, el viento, el sol, la tierra que nos sembró como si fuesemos un par de flechas, directas al centro.

La espera agotó el diámetro del marco donde asomabas entre lunas, lo adelgazaba y desteñía. Y al recorrer el barandal de fierro forjado a manera de lotos se encendía la esperanza, y asi un día del tiempo, sería para recobrarse entre luces del crepúsculo y simplemente volver a verse, despedirse, añorarse, transladarse, rotarse hasta alcanzarse en esta realidad que les tenía plenamente despiertos. Ventanas diáfanas de esa luz en verdes que atravesaba siglos, y fugacidad y telas tenues, y paredes blancas, y balcones altos en fachadas antiguas.

domingo, 28 de julio de 2019

Bitácora del domingo en el departamento.

BI DOS
LAS DOS FORMAS DE ACERCARTE A UN CUADERNO NÓMADA, Y RECONOCER LOS DÍAS.

-mientras llueve en la Ciudad:

Escribo con mi muñequita Sor Juanita en el regazo, ella sabe de estos cambios constantes que me abordan y desbordan

el soleado domingo me regala la calidez de un paseo por la hermosa Roma cdmx
asi mis pesares se deshielan, descongelo mis pies al andar
mi amado sabe hoy como andar a mi lado
abandonamos la palabreria, caminamos entre silencios

la mente que exige mas y mas se va
la mente que se abre, llega

esta habitación tiene otra luz, y es impermanente
mañana nos mudaremos nuevamente- navegamos hacia arriba del 305 al 407-
el cielo queda allí si es tirada de piedra y mirada, es mejor ver desde alli

esta rara parada de 305, el depa encantado por las serpientes,esta llegada al departamento de mi historia
ahora interferido, intervenido de sonidos, ruidos, voces,
vibraciones vomitantes y espacios de sanación momentáneos
todo atravesó esta parada, y ya casi nos da el pase de salida,
para abordar el cuarto piso, saldremos hacia él como por gracia¡
Ahora, mientars llueve y la ventana detrás me da sosiego me siento por fin en la mesa vintage despejada
como yo (de la ira y sus ramas)
despejoo mi espejo, he dicho de todo, y he descargado la mochila del pasado
rotos algunos vasos y desesntonado ciertas relaciones (insustanciales, deformantes)
aunque ya no hay carga de más, dije el último desatino del rencor por "teotihuacan" o por unas fotos en una casona, mejor nunca tomarlas, esa lente estaba envenedada...

sentada por fin, oigo lo que apacigua; el llover, este diálogo que agradece el ser humano,Mi amado duerme, mi felino también,
me siento a su lado y escribo, 
sor juanita está en mi regazo
en nuestro hogar nos cuidamos al  y el dormir, 
ya que unas veces duerme él y otras yo
somos unos nómadas que nos cuidamos los sueños
y a veces los guardianes lo hacen cuando nos toca dormir a la vez

me apacigua el sonido del llover, es un sueño que da todo lo que anhelamos, paz y agua..
luego el día, el espacio, la calidez 
Traje a la ciudad unos cielos despejados, muchos, de sobra
unas montañs también y unos árboles y garzas, mi mente se abre con el recuerdo de sus alas,
todo me traje, nada me falta, puedo vivir sin ello, lo veo desplegarse en mi mente,
soy mi chorten, soy mi bosque y las alas garza

No dejé nada en el Valle,  guardé sus amaneceres, sus crepúsculos, sus vientos,
el brillo de sol, el canto de mis aves, y cuando los necesito juntos alli están,
porque los toqué, sentí, miré, alcencé, guardé, mi maleta nómada siempre recolecta naturalezas de mar, y montaña, o calles citadinas para que las coordenadas aunque
efímeras, permanezcan

Todo está en mi, lo traje, lo lave, lo atrapé, lo redescubrí, aqui. ahora....
Todo vino conmigo
estoy lista para atravesar este nuevo paisaje
(diálogar y volar)

subir al cuarto piso..
.


jueves, 18 de julio de 2019

Bitácora, mientras llueve (4)

4.
La otra bitácora, la que se hace mientras llueve en la ciudad.

Podríamos llamarla como en "Grafiti" y apuntalar la frase; a mi también me duele.

 desde ese muro iniciar el recuento de los lamentos, o de la pureza de la solidaridad humana, compasiva, irreversible.


Duele porque el silencio duele, en el duelo. Mientras el otro dispara todo lo que trae a bordo, todo lo que se es o no es. Duele en silencio lo que no se puede responder más, ya se respondió tiempo atrás, por lo que el silencio ya no es la omisión, es el graffiti que emerge repentino en este muro que trazamos cuando andamos por esta ciudad. 



A mi también me duele, puede gritarse o callarse, o insinuarse, o quedarse como un nudo en la garganta de donde no saldrá más, aunque el silencio lo sane, lo salve. Sigue esta rueda del karma girando hasta que todo cese. 



A mi también, podría ser la fórmula secreta que aguarda la compasión, la fórmula para no desbaratar y volverse atar a otro nudo más peligroso. Silencio que desanude para tirar esa cuerda aunque sea dolorosa, a mi también me tensa la cuerda, a mi también se me revienta y no sé a dónde ir, ni que decir, que lo diga el silencio, que lo remiende el silencio,

 que lo acune el perdón, que lo atienda esta lluvia que no es más que silencio gota a gota.




 "Mirando desde lejos tu dibujo podías ver a la gente que le echaba una ojeada al pasar, nadie se detenía por supuesto pero nadie dejaba de mirar el dibujo, a veces una rápida composición abstracta en dos colores, un perfil de pájaro o dos figuras enlazadas. Una sola vez escribiste una frase, con tiza negra: A mí también me duele " (Cortázar, Graffiti)


lunes, 15 de julio de 2019

Bitácora de la lluvia en la ciudad (3)

3.
Bitácora de la lluvia con recuerdos de la memoria involuntaria.

Dejaré descansar los recuerdos. La memoria de esos días en los que conocí a Rafa. Las señales de su presencia y comunicación están latentes.
Aún faltan detalles que iré hallando en mi memoria de esos días. Por ahora lo que hay estará en el espacio del descanso, del sabor de lo que ha tocado el corazón.

La gratitud me invade porque sé que todas sus señales son la bondad que siempre expresó hacia mi. Ahora que reúna lo que mis pasos me den, relataré esos días, los días en los que te conocí. No sé si las personas que deciden acabar si con sus vidas tienen algo en común. Eso no siquiera lo voy a decir, Rafa se fue porque asi lo decidió y de una vez por todas acabó, punto final, ni un libro más, nada.

La lluvia que ahora abarca toda la ciudad, me trae de vértigo en paragüas. Me doy cuenta de que es el agua que reverdece como yo, y la dejo correr. Llorar de lluvia ante esa memoria que aún no escribiré del todo.

La forma de saber cuando lo escribiré será acumulando señales y pasos por esta ciudad, donde Rafa nos dio su amistad y textos memorable, amigo, ahora en un espacio donde el silencio es todo lo que habitas, la luz te disponga un instante de calidez y afecto. Yo esperaré a que mi mente pacifique sus lágrimas para enviar todo al espacio donde la palabra nos de un cuerpo  nuevamente.
Mientras tanto a caminar por las calles nuevamente, bajo el cielo nublado y sus nubes inmensas.
Dejar estos párrafoes en la bitácora de la lluvia.

pintura de Sheps Nurko Marcovich



domingo, 30 de junio de 2019

Bitácora de la lluvia ( en la ciudad)

2.
Cómo caminar sin tanta nostalgia.

Al retornar a la ciudad hemos librado charcos y mudanzas, casas y cosas. Hemos caminado como benditos de un lado a otro, mi esposo y yo somos peripatéticos, andamos ya andamos; bajo la lluvia, el sol, la mañana, la noche, a toda hora. Y al ciudad se ve cansada de tanto bache, temblor y agujeros varios en todo sentido.

También me podría cansar un tanto, porque hay baches en mi camino y un nudo en la garganta se aferra a no desatarse, pero con la lluvia poco a poco se desatan nudos y se nada mejor. Caminar aligera todo. La lucha por salvar el propio territorio, por llagar a él y conservarlo, por incluir a quienes si estarán a tu alrededor, y observar a quienes no. Rodear los anhelos y saber que estar bien es también el bienestar de los demás. Sin embargo las ciudades del mundo parece que están aprueba. Vamos por ellas con velocidad y con aprecio, porque no, la ciudad brinda trabajo y espacios habitables  aún con riesgo de que te toque uno con karaoke debajo de tu casa y escuches a fuerza los chillidos de rata de quienes se atreven a entrar en esos antros. Hay zonas asi en la ciudad. Como hay también zonas de apertura donde se desarrolla la cultura de este país.

Hay de nudos a nudos. Y entre mas caminas más hallamos. Y más hábil se hace el paraguas para no mojarse. A veces  la garganta se cierra y se abre al sentir que esto es solamente un sueño, a veces bueno otras no tanto.

Así que caminar libres, sin nostalgías de  lo que ibas a encontrar nuevamente, es un sueño más. Sencillamente regresar a tu ciudad cualquiera que esta sea, no te regresa lo que dejaste, o si, quizá pero te lo da con sus agregados. Nosotros en este retorno estamos ya en el viaje con "Lotófagos" estamos a un paso de Itaca, y aún habrá que ver Lestrigones y Cíclopes. ¿Estamos listos para caminar libres y sin nostalgía? Depende del sueño, depende de saber si esto es o no un sueño, pero lo es de a todas lo es, asi que cuando sobreviene la nostalgía de lo que se supone alli seguiría, pues recordamos " no lo olvide usted es un sueño ".

Retornar a esta mole de mosaicos rojos, en minúsculo espacio, tiene este sabor único. Todo es un solo todo, es lo mismo, es igual, solo cambias de nudo y si aprendes a soltarlo y alisar la mente, todo, todo irá mejor y mejor, soltar nostalgías y creencias y conceptos, y las yes, tiene que suceder de forma natural, al ver que ya nos e puede más seguir por el rumbo que se creía se podía ir. No hay modo de adelantarse  a nada, solamente de ser lo que siempre se ha sido, un practicante de una ciudad que a veces nos regala lluvias nobles, intermitentes y resguardables dentro de un paraguas.






jueves, 27 de junio de 2019

El retorno.

Bitácora de los días en la ciudad.
1. El regreso.

Regresar es una forma de recordar. Pero no siempre al llegar se halla lo que se dejó, la armonía se trastoca con facilidad. Habité algunos años, hace años en la ciudad, alli mi departamento me regalaba refugio y aromas de jazmín que procuré siempre con inciensos y ofrendas simples.

Nosotros hemos dejado el cielo y las garzas del cementerio cercano al departamento de ese Valle ( ego) y ahora regresamos a la ciudad, mi ciudad, retornamos los tres, somos nuevamente habitantes e ciudad; Chimi (felino naranjita) mi esposo y yo. 

El departamento es el mismo externamente, pero internamente ha cambiado como todo, ahora tiene una discoteca coreana intregrada cada martes. La armonía y el silencio sorprendentes que habitaban en este bunker de mosaicos rojos, ahora es asi, de sonoridad bárbaras. Con todo lo que respetamos oriente, y la gratitud que le tenemos, ahora hay una familia, varias que no duermen, nuestros hermanos de oriente decidieron desfogar sus instintos reprimidos -que no son pocos- en un tremendo karaoke nocturno, y asi pasan sus martes, en lo que fue este edificio que yo habité con pasión y ahora en mi regreso padezco y agradezco semejantes maestros de paciencia, eso si amables y reverentes, como buenos orientales pero borrachos. Que paradoja me toca vivir, aún me consterna.

Regresar a un espacio que se habitó es un misterio que el tiempo te regala, uno tiene que elegir que visión es la mejor, si la de los infiernos con karaoke integrado o la de esto también pasará y unirnos al gozo nómada al que invita esta ciudad y sus miles de espacios caminables. El derecho a ser habitante de mi ciudad, ahora es un reto. Nada más paradójico. Llegué en mi infancia a esta ciudad, también dejamos el castro, y mi vida gallega, para reunirnos con esta ciudad que si es lo que el corazón habita.

¿Qué hace una escritora nómada como yo en estas batallas de la conciencia? Tal vez acercarme a mi propia naturaleza humana, a la que está más viva y más despierta. Cada día cada reto es un espacio para depurar. Fui de la náusea sartreana al refugio del dharma. Y paso por esa náusea frecuentemente como la campana que me despierta una y otra vez.

A una escritora como yo esta ciudad le da el más amplio abanico de formas, especies, colores, sensaciones y modos, Elegir la visión ahora es la forma y la luz. Saber que asi es como se depura lo que traemos de sobra. Salir y entrar desde ese espacio que todo lo abarca y solamente observar el samsara, cerrar la ventana y cargar siempre mi pasaporte al nirvana.


confesar que he caminado este viaje inmóvil aún

Muro de la confesión. 1. Extrañar mis pasos perdidos en estas calles ateridas. Ya no camino por sus orillas, me pierdo en la vigilia de mi c...