miércoles, 21 de mayo de 2014

cuadernos sin descanso


Antonio Muñoz Molina

Escrito en un instante

El dibujante sin descanso

Hay que buscar los dibujos de un pintor igual que hay que buscar los cuadernos de apuntes y los diarios y los borradores de un escritor, porque en los unos y en los otros está lo inmediato, lo impremeditado, lo fragmentario, y por tanto lo más verdadero, la fluidez del proceso y no la inmovilidad del resultado, la tentativa y el tanteo y no el rumbo seguro. Un rumbo demasiado seguro es engañoso, porque puede venir menos de la certeza que del anquilosamiento, ya que en estos oficios no hay seguridad posible. Un dibujo no es el plano de un cuadro futuro, sino la exploración de una posibilidad que va revelándose según avanzan las líneas, dependiendo más de la textura del papel, del deslizarse del lápiz y la sensación del pulso que de una idea consciente. Puede que después del dibujo venga un cuadro y también puede que no. Y sucede también que cuando se han conservado los dibujos preparatorios, estos tienen una libertad y una ligereza que quedaron suprimidas en la obra final. A nuestra sensibilidad nerviosa le resulta muy ajeno el acabado marfileño de los cuadros de Ingres —y sin embargo respondemos de inmediato a las líneas a la vez libres y meticulosas de sus dibujos, que al fin y al cabo tienen tanto que ver con la manera de dibujar de Picasso o de David Hockney.
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Viriginia Woolf (Roger Fry, 1917)
Viriginia Woolf (Roger Fry, 1917)

confesar que he caminado este viaje inmóvil aún

Muro de la confesión. 1. Extrañar mis pasos perdidos en estas calles ateridas. Ya no camino por sus orillas, me pierdo en la vigilia de mi c...