Notas de la nómada...
( solsticio en san josé)
Después de la incertidumbre por un viaje anunciado en
mi corazón y pies, más que en mi cerebro,obtuve los esperados billetes del vuelo:
a San José de Cabo. Llegué al nuevo aeropuerto de mi ciudad DF, con sus nuevos techos de agujeritos redondos gracias a los cuales no hay lámparas de neón... como llegue tan temprano pues di vueltas nomadamente, y supe que este vaje era una especie de nota por palomear en mi destino. Hace dos años pubñiqué palabras nómada, y aún seguía latiendo su eco en mis diarios y cosas. El destino cumplido de mi poesía en su escenario natural, volvía asu orígen para rednir la ofrenda a la baja calirfornia sur que me dejó ser la nómada que he sido.Por fin el vuelo se anuncia y en la salita de espera gente sencillla y con cajitas de cartón y maletas exhuberantes aborda, unas alegres codaritas que reían sin parar y decian " de donde es ese mandingo pué", me conmoví hasta llorar porque sue que ese vuelo era plural, de este país que si me cobija, de esta ala de donde si soy: la izquierda. Abordo vi que la ala estaba cerca de mi, mi destino de ave migratoria quizá...sabía con la certeza de quien regresa a cumplir su palabra, ene ste caso aunque sea la palabra nómada, que alli estarían mis amigos y mis montañas, el mar y por supuesto las manitas y los naranjos - adone no me atrevi a subir sin mi amado Xavier con quien una vez llegué alli solo con mi casa de campaña-
Al bajar del avión tras un perfecto vuelo aeromexico, sorpendente¡¡¡ sentí la calidez que pacifica, y a mi derecha la montaña, lloré porque reconocí el Picacho, la sierra cabeña. Allí experimenté "el sabor único" Al dar vueltas por las salas, me equivoqué y fui a dar a una ficticia de simulacro de jungla... pero a la siguiente mi amigo Alejandrino estaba alli generoso y amable como sn allí. Fui reconociendo la sierra y a san josé, el calor me purificaba esta vez. Fuímos al hospedaje que me tocaba, en el centrito hermoso y recien remosado, el "tropicana" allí la habitación me acogió, y los sueños de sus espiritus me despertaron por la noche (alli habia muerto un gringo viejo, como en tantas habitaciones de hoteles de la baja, buscan calor y lo encuentran para morir)
Al día siguiente desayuné bajo los amados mangos de San josé que caen desesperados cuando maduran demasiado, Escribir en esa cálida dimesión aquieta y sonrié. Así pasaban la horas nómadas y cálidas. Llegó la taredecita para presentar mi lirbo, y caminé hacia el teatro llamado Lomelí, cuando llegué todas limpiaban acomodaban sillas, conversamos dichosamente en la sencillez de un miércoles. La mesa puesta y la flores también... los presentadores leyeron sus textos y yo abría los ojos por el asombro que puede causar saber loq ue se dice de lo que se escribe- Todo era un regalo, al finalizar había personas que lloraron su nostalgía y abrieron su corazón. Recibí un arreglo de florec precioso, lágrimitas, sonrisas de la sierra, abarzoosss de sol, de mar. Sabía que mi poesía podría abrir con la llave de la palabra un cielo que solo se ve desde el alma. Me dsepedí de san josé, fui a darle la ofrenda de mi palabra al Pacífico, mar de las visiones hondas, del espejo del cielo como mi mente a pisar su arena donde escribi lo otro, lo que tribulé, y el mar generoso se llevó de una pincelada azul. De un solo hunggg
(texto leído en la presentación del poemario en San José del Cabo)
-gracias por invitarme. edna te debía una: bienvenida.-mi
intervención se centrara en lo que es la primera parte del libro, esas palabras
nómada que describen un tema que me fascina; la sierra.
las
palabras cambian, se transforman, se mimetizan, se adaptan, nacen, crecen y
mueren en la conciencia, de los exploradores ojos del lector, para que esto
suceda el escritor debe crearlas con amor, con dolor, con satisfacción, con
frustración, con amargura, con dulzura. con luz, con sombras, siempre con una ferrea determinación de
parirlas. Quizá en su creación como le sucede a la mayoría de los escritores se
tenga que trabajar en el filo del gozo y drama personal y l a necesidad cotidiana. cierto es que las
palabras viajan, cambian y se adaptan al escenario del escritor, en nuestro
interior los sentidos dan vida a la inspiración que es influenciada por el
escenario del espacio al llegamos, esa tierra en el que nos asentamos y donde
somos ajenos a historia, a su cultura y costumbres. un lugar donde somos
unos extraños fuera de su
contexto; un nómada.
Edna
trasmite en poesía rupestre la esencia de la sierra cabeña. ese lugar con su
encanto tan especial donde recree parte de mi primer novela “de la sierra”.
Allá en los naranjos muy cerca del rancho de los Montaño; mis parientes. Ese
lugar de la gran piedra de las manitas, donde dejaron sus huellas nuestros
antecesores, pinturas rupestres que hablan de tiempos pasados, en donde los
elementos de la naturaleza eran considerados dioses. edna escucho el llamado de la sierra, el
murmullo de la piedra, y el mensaje de las manos alli pintadas. tal vez llego a
ese lugar buscando la respuesta a la pregunta que todos nos hemos hecho alguna
vez. ¿porque estoy aquí en este lugar?-
quizá edna, quiera quizo,
descifrar el misterioso fluir de la vida que nos hace coincidir un un rincon
del mundo, habiendo tanto espacio por recorrer.
edna recorrió y se asentó en
esos lugares donde el el viento da vuelta, donde se escuchan los pasos
de la danza y el eco de los cantos de media noche que los naturales entonaban en
honor a su diosa luna,edna tomo de
confidente a la montaña, ella le confió sus secretos y edna los atrapo
en sus letras. el embrujo de la montaña fue para ella lo que fue para nuestros
naturales que nómadamente guiados por ejes invisibles migraban por temporadas
de la sierra a la costa.
edna poeta nómada seducida por la magestuosa piedra, por la caverna , por la cueva del león, por la vereda nativa, por la ciruela del
monte, por la pitaya y por el atrayente
canto de la calandria y la melancolía de la paloma serrana,al igual que mis
personajes de "de la sierra" al leer
la obra de edna, vivirán muchos
de sus momentos interiores, sumaran sus incontables horas, dentro del fantástico mundo de la poesía. describir los
días que
edna paso en la sierra es un reto, imaginarla en ese hábitat
natural, recorriendo las húmedas cañadas, las sombreadas laderas con palmas
atisbando los desfiladeros y esas desérticas mesetas del desierto rebosantes de
cactus implorando al cielo un poco de lluvia. asi mismo, es
inusual y fuera de contexto imaginar a un escritora citadina en un ambiente
serrano. tan lejos del neón en oscuras
noches y tan cerca a la vez del mar de
estrellas que como diamantes cuelgan de un entintado cielo. .al leer sus poemas
me la imaginé llegando y descubriendo el
azul gris de los amaneceres y esos solitarios crepúsculos.
La vi
fijar sus ojos y grabar en su
mente, el azul intenso de nuestro cielo; la vi sintiendo la calma y el silencio
de los lugares deshabitados, sólo interrumpido por los ruidos y gritos de los
animales; casi sentí, cómo contraía sus fosas nasales al percibir el olor a tierra mojada de las primeras
lluvias de la temporada y cómo abría sus brazos en una amplia extensión para
sentirla; también lo percibí atenta a la fuerza del viento y del agua que
azotan la montaña. Sé que vivió algunos
días que le nublaron el ánimo. por experiencia propia sé que aprendió a
esperar el nuevo y soleado día que le traería ánimo y esperanzas para vivir,
lejos de todo lo que es y representa; ...el arte de la ciudad y al igual que los nativos que pintaron con sus manos la piedra
de los naranjos, los tiempos de emigrar
también llegaron, para edna, supo que era hora de poner mar y tierra de por medio y aparecer en valle de
bravo en busca de otra vida y de mas inspiración. edna la poeta…
edna
con el espiritu de yeka...se convirtió en nómada a igual que sus palabras. (René Holmos)
COMENTARIO A PALABRAS
NÓMADA
Por Alejandro Álvarez
La palabra literatura nos hace proyectar en nuestro
pensamientos alguna novelas como el
Quijote, o nombres como Gabriel García Marques, hacemos referencia ya sea a los
molinos de viento en el primero y en el segundo al nombre de Macóndo en Cien
años de soledad .
En mundos distintos ya sea en el cambio de una época a otra
y la denuncia a la mediocridad y a la pérdida del valor de la palabra, la otra
un mundo que gira en torno a una maldición en un mundo creado a partir de mitos y leyendas, la pregunta que
seguramente algunos se plantearán es el que tiene que ver ésta afirmación
con el libro que nos ha reunido este
día, a lo cual responderé durante mi exposición, pero haré una pregunta
nuevamente, ¿Existe una literatura hispanoamericana, una literatura mexicana y
una regional? En todos los casos es totalmente afirmativo si consideramos que
tanto como los argentinos, uruguayos y los chilenos tenemos la misma raíz lingüística, sólo cambia el árbol y las particularidades
que dan origen a la obra, las cuales pueden ser de índole histórica, cultural,
política, etcétera. Así mismo en esas literaturas de acuerdo a al país van delimitándose conforme a lo que
llamamos literatura nacional, con ello, como lo afirmó Octavio Paz en su
momento, se cae en la aberración nacionalista lo cual cerraría toda posibilidad
estética, la literatura y el arte en general no tiene fronteras y si hablamos
de nacimientos de movimientos artísticos
no tardan en sembrar semillas fuera del espacio donde nacieron, por ello la
pluralidad en nuestra lengua y en nuestra cultura hace que esa semilla crezca y
posteriormente genere frutos, de ahí también el hacer la tan controversial
comparación entre qué literatura es mejor que la otra y ello me lleva a
mencionar , el tema de lo regional, hace algún tiempo estuve colaborando en un
proyecto universitario que era de literatura regional, el cual difunde la obra
de escritores sudcalifornianos e ahí mi primer contacto con las letras
regionales las cuales se bañan de un sentimiento tanto de aislamiento y de
arraigo así los elementos del paisaje sudcaliforniano se convierten en una
prosopopeya en el que hablan las voces de lo que cada época guarda celosamente
y el poeta va descubriendo con el arte de la palabra, lo regional, con ello
deja de serlo como tal a partir de que el otro lo reconstruye y lo recrea
transformándolo en imágenes y juegos. En
ese sentido la palabra nómada del libro nos habla de esa universalidad
arraigada en el los elementos del paisaje pero que viajan de un lugar a otro .
Contratando ambientes entre el significado que tiene el mar
de los cabos que me atrevo a llamarle el lugar donde las almas se
encuentran la autora nos ofrece esa
visión en el siguiente fragmento de su poema titulado "Canto de una provocación marina".
P80
Preludio del llamado hacia la primavera;
vibración
marina y canto del mar./Llovió después de tantos días de calor solitario
.
Es
tiempo de la llegada. No hay enigma./La mar se estremece
Energía
de la invocación /canto que amoroso fecunda
.
todos
los seres del reino/vibran en sincronía
la
mar como morada para /nacer
hembra
y macho de agua, dulce y sal /un reloj de agua avisa a los seres marinos:
la
vida es vida otra vez./Antiguo los cantos, la voz;
palabra
sagrada del mar./
Comparado un tanto con el poema de
Raúl Antonio cota que nos habla del temor al mar quizá a esa grandiosidad que
nos proyecta y también de lo mitológico y misterio que oculta.
El elemento es como he leído el mismo
hablando de lo nómada de la palabra y en ese sentido el mar nos ofrece en la
poeta elementos regionales bañados de vivencias y recuerdos que viajan haciendo
de cada uno de ellos algo que permanece pero sin quedarse.
TEMER
AL MAR
Temer al mar de pie ante sus grandes
olas
ante el escape de sus dimensiones
azules con la mirada perdida
desde tierra firme
desde las dunas ballenáceas y
nocturnas.
Temer al mar
Y
saber que el destierro no es angustia
y
que el regreso niega la melancolía
desde
los instantes que preceden toda recuperación
todo
arribo final.
Temer
al mar
y
no confiar en nuestras venas arenosas
y
ásperas que se aferran al tiempo.
Temer
al mar
es
negar la ballena blanca
—la
otra—
la
fantasmagórica
.
Es
resistirnos al juego ingenuo
de
la transmisión de nuestras
miserias
.
Es
jputii, nosotros somos la ballena
.
Creo
que amanece
más
la sábana blanca de tu piel
cetácea
serenamente
desnuda
al
pie de los cantiles
provoca
que amanezca.