Enigmas Refulgentes
Para mí, todo poema es un enigma y como todo enigma, esconde una revelación.
Cuando Edna me dijo el nombre de su pequeño poemario Enigma para un limón, sentí que en ese título había algo de ofrenda: no nos habla sobre el enigma de un limón sino que es para un limón.
El poemario es una dádiva que Edna hace al pequeño cítrico verde.
Pensé en las Odas Elementales de Neruda, y luego encontré que Edna también piensa en ellas. Todo, cualquier cosa o sentimiento, por pequeño o” insignificante” que sea, es merecedor de una alabanza. Aquí nos encontramos con un limón, hermoso, verdebrillante, fresco, agrio, pequeño, redondo, que, al ser partido, como dice la ronda, nos revela su sol interior.
Del libro Enigma para un limón, escogí el poema Enigmas Refulgentes para desarrollar este pequeño regalo que ofrezco a Edna Aponte ya que me gusta mucho su poesía por sencilla, gozosa, brillante, mandálica, erótica, fresca, misteriosa, ¡justamente por ser como un limón!
Enigmas Refulgentes, enigmas resplandecientes que cubren y habitan el misterio de la vida y que se te revelan cuando Abriste el espacio con tu mirada verde
Es a través del ver que estos versos se van hilvanando: el ojo mira a través de la montaña en bruma
Edna viajera, nos va llevando a través de palabras como agua por los diferentes lugares que son las moradas para estos Enigmas.
La travesía comienza anunciando un arribo: Llegué al espacio interior; /forma, imágenes, colores.
A través de una puerta: lugar de paso entre dos estados, dos mundos, entre lo conocido y lo desconocido, la vigilia se cierra y se abre el sueño, la puerta no está definida, está sin estar, transición hacia el mundo onírico, íntimo y cerrado, personal
La puerta en bruma
señala el lugar:
llueve sobre la luz
se derrama el viento
el calor aguarda
Momento de transición interior en que
una mirada expulsa
el nacimiento de los verdes
Estallido. Detonación. Vuelta al mundo donde la mirada es creadora de realidades, donde el espectador, el que mira, y lo mirado se empatan en un mismo sueño creador.
la tierra amarilla germina oros
azul de esperar,
el cielo se abre.
Cielo y tierra se abren, como puertas, para dar vida.
La tierra nos abre paso en ocres,
contiene memoria de ocojales y
agudas piedras.
La luz es la mirada del tiempo que va pasando sobre la tierra,
Atardece
cae la bruma
y se levanta la montaña
es lo sagrado que se muestra
como es
Contundencia. Momento sublime, lento, la bruma se disuelve y la montaña aparece, transición en la que se da el encuentro del cielo con de la tierra, la montaña es estable, es inamovible,
es la puerta del gozo por el río
desnuda su túnica de color
descalza de hunde
de palabras como agua que
golpea las piedras
despiertan bajo el limonero
verdes y húmedos
refulgentes (enigmas)
protegen al secreto
honda la presencia de su luz-
La montaña como madre protectora, es la falda que cubre el regazo donde los brillantes enigmas pueden nacer y llevar a cabo su labor, enigmas verdes y húmedos, preciosos enigmas de limón que despiertan bajo el limonero
Al concluir este momento de misteriosas iridiscencias, la montaña deja de ser una masa sólida y se disuelve, se va difuminando, somos testigos y miramos adentro de ella, encontramos otro espacio sagrado: aquél donde el tiempo lineal exterior, el de la impermanencia se funde en un abrazo con el tiempo interior, el mítico, el circular, el de la eternidad.
El tiempo original donde todos somos dignificados.
el ojo que mira a través de la montaña en bruma
y la brevedad de un limón
Abriste el espacio con tu mirada verde
retornamos al círculo de la consagración,
el agua limonada es la corona
ungidos de ser
sentimos una forma tras otra;
encarnas mis palabras
dentro de tus tonos,
esculturas-verso del cuerpo del amor.
Ver que adviene en contemplación, en ese mirar meditativo donde nuestro yo cotidiano desaparece, se silencia; mirar que nos otorga la presencia amorosa de la comunión con el universo, verso único.
La contemplación es esencia
es nuestra forma
la tierra, adentro el fuego y
agua que purifica
nos bañamos de sal
enjugamos los días
renacemos en el manantial
del enigma que nos resguarda
mientras el lago en destellos refulge.
Mientras el lago en destellos refulge, Edna nos invita a ejercer nuestro mirar meditativo. En su poesía los misterios de la vida, de esta gran transición, le hablan, se le revelan en forma de palabras, de imágenes, formas y colores.
Las cosas de la realidad cotidiana dan un vuelco y se desnudan ante su pluma.
Edna, en sus Enigmas Refulgentes nos revela la realidad cósmica que vive en un pequeño limón: el sol que encierra y las semillas que dan vida al limonero.
Para que los ciclos se cumplan, la brevedad de un limón es indispensable.
Liliane Hoth, Valle de Bravo, 10 de septiembre de 2015.
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