Aqui tenemos a Olga, mirando por su ventana....
http://www.materialdelectura.unam.mx/images/stories/pdf5/olga-orozco-199.pdf
Conocí a Olga en su departamento de Buenos Aires (1995). Viajé a trabajar al centro de estudios históricos Martí, invitada por la serie de Radio Jai: el narrador. INBA literatura aún nos daba esas oportunidades a los trabajadores, y yo trabajaba allí. Así que una tarde de esas que tienen que sé yo, como dice el tango de Amelita Baltar, pues me si a la fuga... acabé el trabajo y les pedí a mis amigos Enrique Gleizer, Sofia Lasky que me dieran los datos de la poeta, como ellos eran los entonces los directores de la Asociación de escritores Argentinos, pues fue fácil hallarla, me dejaron en Av corrientes y recuerdo que caminé y caminé bajo la lluvia, que en Buenos Aires no cesa. Y por fin di con el edificio, subí echa una sopa, y de inmediato me abrió la querida Olga- Pero che, parecés una gatita. SI eso era yo alli una gatita ensopada e iluminada por la presencia de Olga ante mis ojos. Y seguimos la tarde con unos whiskys, y unos mates y asi rondas largas y yo escuchaba que Olga me decía que las palabras la lavaban, como esa lluvia que me había lavado a mi. Me contó la historia de sus guillerminas, de esos zapatos estilo mafalda digamos, y me contó porque vivía asi y sola, mientras tanto yo no podía más que mirarla fijamente y escuchar con todo mi cuerpo su hermosa confesión; asi que yo allí fui de esa "rara sustancia" de la que Olga escribe....